martes, 1 de octubre de 2013

Manifiesto

Hoy, Hoy, 1 de octubre, es el día de nosotros, las personas mayores en todo el mundo.
Aprovechando esta celebración, desde el centro de día queremos decir a nuestros vecinos de Cehegín unas palabras.
Con el paso de los años es verdad que hemos experimentado un deterioro en nuestras fuerzas físicas y cambios en nuestras capacidades mentales, afectivas y espirituales. Es ahora cuando hemos tenido que sacar más fuerzas de nuestro interior, de nuestro corazón, para poder seguir nuestro camino en la vida de una forma dichosa y levantándonos de las caídas que van llegando.
Es por eso que ahora, a los 70, 80 ó 90 años tenemos una necesidad urgente de reconocimiento, acogida de nuestras emociones y sentimientos y de sentirnos útiles e integrados en la sociedad.
Por ello, nos duelen todas aquellas situaciones en las que las personas mayores somos despreciadas y excluidas en nuestras familias y en la sociedad en general.
Nos sentimos despreciados, desatendidos, marginados cuando no somos escuchados y acogidos en nuestras emociones y opiniones. Las personas no siempre tenemos la razón, pero sí tenemos una experiencia que puede ser muy útil a todos los que nos rodean. ¿Por qué no se tienen más en cuenta nuestros puntos de vista? ¿Por qué no se nos escucha más? Creemos que las prisas, tantos aparatos modernos que manejamos en la actualidad y tanta televisión nos quita a las personas un tiempo y una cercanía preciosas para poder hablar con más tranquilidad y autenticidad.
En medio de esta sociedad tan avanzada en medios de comunicación, con las nuevas posibilidades tecnológicas, la soledad de las personas mayores ha aumentado y son más de 140.000 personas las que en Madrid viven solas. Escuchamos en muchas ocasiones las expresiones: “tengo prisa, me tengo que ir”, “cállese que escuche esto de la tele”, “espere abuela, que he quedado”, “eso que piensas está anticuao” y otras por el estilo.
Mirando hacia el pasado, recordamos una mayor capacidad de compartir en las familias y entre los vecinos unas buenas conversaciones, con menos distracciones y con un mayor clima humano y natural.
Os pedimos a la sociedad, a las familias, que entre todos busquemos espacios de diálogo, de verdadera comunicación personal, de acogida sin juicios de los sentimientos que tenemos como personas mayores.
Las personas somos lo más sagrado que hay en la tierra, es lo primero que hay que atender y cuidar. Los aparatos, los medios tecnológicos tienen que ponerse al servicio del bienestar de la persona y no al contrario.

Hoy, en el día de las personas mayores, pedimos una sociedad más humana, más cálida para los más débiles, en la que se acoja y aproveche el tesoro de nuestra experiencia y de nuestras cualidades.

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