Hoy, Hoy, 1 de octubre, es el día de nosotros, las personas
mayores en todo el mundo.
Aprovechando esta celebración, desde el centro de día
queremos decir a nuestros vecinos de Cehegín unas palabras.
Con el paso de los años es verdad que hemos
experimentado un deterioro en nuestras fuerzas físicas y cambios en nuestras
capacidades mentales, afectivas y espirituales. Es ahora cuando hemos tenido
que sacar más fuerzas de nuestro interior, de nuestro corazón, para poder
seguir nuestro camino en la vida de una forma dichosa y levantándonos de las
caídas que van llegando.
Es por eso que ahora, a los 70, 80 ó 90 años tenemos
una necesidad urgente de reconocimiento, acogida de nuestras emociones y
sentimientos y de sentirnos útiles e integrados en la sociedad.
Por ello, nos duelen todas aquellas situaciones en las
que las personas mayores somos despreciadas y excluidas en nuestras familias y
en la sociedad en general.
Nos sentimos despreciados, desatendidos, marginados
cuando no somos escuchados y acogidos en nuestras emociones y opiniones. Las
personas no siempre tenemos la razón, pero sí tenemos una experiencia que puede
ser muy útil a todos los que nos rodean. ¿Por qué no se tienen más en cuenta
nuestros puntos de vista? ¿Por qué no se nos escucha más? Creemos que las prisas,
tantos aparatos modernos que manejamos en la actualidad y tanta televisión nos
quita a las personas un tiempo y una cercanía preciosas para poder hablar con
más tranquilidad y autenticidad.
En medio de esta sociedad tan avanzada en medios de
comunicación, con las nuevas posibilidades tecnológicas, la soledad de las
personas mayores ha aumentado y son más de 140.000 personas las que en Madrid
viven solas. Escuchamos en muchas ocasiones las expresiones: “tengo prisa, me
tengo que ir”, “cállese que escuche esto de la tele”, “espere abuela, que he
quedado”, “eso que piensas está anticuao” y otras por el estilo.
Mirando hacia el pasado, recordamos una mayor
capacidad de compartir en las familias y entre los vecinos unas buenas
conversaciones, con menos distracciones y con un mayor clima humano y natural.
Os pedimos a la sociedad, a las familias, que entre
todos busquemos espacios de diálogo, de verdadera comunicación personal, de
acogida sin juicios de los sentimientos que tenemos como personas mayores.
Las personas somos lo más sagrado que hay en la
tierra, es lo primero que hay que atender y cuidar. Los aparatos, los medios
tecnológicos tienen que ponerse al servicio del bienestar de la persona y no al
contrario.
Hoy, en el día de las personas mayores, pedimos una
sociedad más humana, más cálida para los más débiles, en la que se acoja y
aproveche el tesoro de nuestra experiencia y de nuestras cualidades.
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